La mujer denunció que, durante meses, utilizaron el perfil de Facebook de su pareja fallecida para publicar y vender contenido sexual suyo. La investigación señaló como responsable a su exesposo, quien fue imputado por violación a la intimidad y quedó sometido a medidas de restricción.  
Un grave episodio ocurrió en Chimbas: desde el perfil de Facebook de la pareja fallecida de una mujer, alguien publicaba y vendía sus fotos y videos íntimos. Ofrecían el material por $6.000, promociones de tres por $15.000 y hasta difundían un número de teléfono para coordinar encuentros sexuales. Con el paso de los días, todas las sospechas comenzaron a apuntar a su exesposo.
La pesadilla se desarrolló entre mayo y julio de 2025, aunque la denuncia formal recién fue presentada en agosto ante la UFI CAVIG. En un principio, la víctima no imaginaba quién podía manejar la cuenta del hombre fallecido, hasta que la revelación llegó por boca de su hija de 14 años.
La adolescente enfrentó a su padre por las publicaciones. El hombre le mostró un video de su madre y le dijo:“Mirá, mirá lo que hace tu madre”.Fue entonces cuando la mujer comprendió que su exesposo (con quien tiene tres hijos) era el responsable.
El caso avanzó en diciembre, cuando se formalizó la investigación y J.D.M.V. fue imputado por violación a la intimidad. Pese a ello, continuó el proceso en libertad y su identidad se mantuvo reservada para proteger a la víctima.
Amparada en la Ley Olimpia, la fiscal ayudante Verónica Recio solicitó el secuestro de teléfonos celulares y una pericia tecnológica a cargo de la Policía de San Juan, con el fin de establecer cuánto material se difundió y de qué manera fue comercializado.
El juez de Garantías Pablo León dispuso que el acusado no pudiera acercarse ni contactarse con la denunciante mientras avanzara la investigación penal preparatoria.
En la audiencia intervenieron el defensor Malco Tejada Pedrotti y la fiscal Recio, acompañada por la fiscal ayudante Laura Pintos.
La causa sigue en trámite. Desde el Poder Judicial remarcaron la gravedad del daño ocasionado: además de la violación a la intimidad, se utilizó el perfil de una persona fallecida para encubrir un delito que afectó profundamente a la víctima y a sus hijos.